El uso de piedra natural en una pared es una las tendencias de superficies de mampostería más buscadas en el hogar. Sin embargo, como cualquier otro trabajo, estas superficies se pueden agrietar o desprenderse.
La restauración de una fachada de piedra natural permite solucionar estos problemas, recuperando la estética de la superficie y evitando invertir en nuevos gastos que no son económicos.
¿Cómo restaurarla de la forma correcta?
Aunque una pared de piedra parezca una solución que se mantendrá en las mejores condiciones durante mucho tiempo, lo cierto es que requiere de trabajos de restauración cada cierto tiempo.
De igual manera, el contacto con agentes climatológicos o las humedades, terminan por degastar los muros de piedra, provocando que se desprendan pedazos con solo tocarlos. El saneamiento en profundidad de la pared de piedra es la mejor manera de solucionar este problema de forma efectiva.
Lo primero para restaurar la pared de piedra natural es sanear los puntos más deteriorados de la superficie.
Para eso, se recomiendan los cepillos de alambre, escarpa y una maceta. Hay que rascar las juntas entre las piedras, incluso las que están en óptimas condiciones, para luego rellenarlas y evitar que se diferencie lo arreglado de lo que está en buen estado.
Lo siguiente es lavar la pared de piedra natural con agua, pasando el cepillo de alambre con fuerza, de esta manera se eliminan las zonas susceptibles de desprenderse con facilidad.
Luego se prepara el mortero en la carretilla, mezclando entre 3 a 4 unidades de arena, por la cada unidad de cemento y agua, creando una mezcla homogénea.
La zona a trabajar se debe humedecer, rellenando los huecos existentes con mortero y piedras parecidas a las usadas en el muro. Las piedras se deben incrustar con cuidado y detalle, rellenado todas las juntas, para que el resultado final sea más estético.
Al terminar con esta tarea, hay que pasar una esponja o trozo de corcho humedecidos para mejorar la uniformidad de la superficie. Cuando la pared de piedra natural restaurada se seque, se procede a eliminar las manchas de mortero por medio de un desincrustante.
Hay varias formas de cuidar la pared de piedra natural para prevenir desperfectos y daños con el paso del tiempo, pero eso sí, se recomienda usar un sellado de piedra para crear una capa protectora en la parte exterior. También usar impermeabilizantes que protegerán la pared de piedra de la lluvia y la humedad.
¿Qué hacer si se desprenden las piedras?
Un problema frecuente en los muros de piedras es el desprendimiento o desplazamiento de las piedras. Por lo general, esto ocurre en las paredes de piedra que cuentan con juntas sin cementar.
Para reubicar la piedra, hace faltan varias herramientas e instrumentos para colocarla en su lugar, como un mazo, cuñas de madera, una palanca, una tiza para marcar, un cincel, un apisonador y adicionalmente una sierra circular, y un cepillo de cerdas duras.
Las cuñas de madera se colocan entre las piedras estables, tanto las superiores como inferiores, en el espacio que se trabajará. Esto facilita la reintroducción de la pieza lo más cercano a la posición original.
En el caso de necesitar un poco más de espacio, se tiene que introducir las cuñas de madera con mayor profundidad. Cuando la piedra a reubicar encaje en el muro, hay que golpearla en la cara externa con el mazo, esto provocará que avance hasta su posición original.
Para que el impacto del mazo no dañe la roca, la zona de golpe se debe cubrir con un pedazo de madera cubierto de una tela vieja y gruesa. Para finalizar, se retiran las cuñas de madera, esto permite que el peso vuelva a recaer en la roca colocada, asegurando que permanezca en su lugar.
¿Cómo pintar el muro de piedra natural?
Una manera de renovar el muro de piedra natural es pintando. Gracias a esto, es posible mejorar la apariencia de la pared de piedra, favoreciendo a la estética de los espacios del hogar.
Antes de la aplicación de la pintura en el muro de piedra, hay que sanear la pared, como se indicó más arriba.
Después de eliminar los desperfectos de la superficie, se procede a lavar con agua y cepillo de alambre, mayormente en las zonas donde el deterioro se nota más, para luego pasar un cepillo de cerdas suaves, eliminando así los restos de suciedad y polvo.
Se debe esperar máximo 24 horas para que la pared de piedra seque muy bien. Una vez seca, se procede a imprimir la superficie, pasando al menos dos manos, para aumentar la adherencia de la pintura.
Cuando se aplique la primera capa de imprimación, se debe esperar a que seque muy bien para aplicar la segunda, de esta manera se mejoran los resultados.
Después se utiliza la pintura con rodillo o pistola, si quedan poros se pueden rellenar con paletina. Con dos o tres pasadas es suficiente para que la pintura se adhiera al muro de piedra natural.
Las juntas entre las piedras se pueden rellenar con palentina de diferentes colores a la pintura, para crear un acabado estético más atractivo.